Es mora, pero es moderna. Es musulmana, pero está formada. Una mujer si es musulmana no puede ser feminista. Todas las musulmanas son sumisas. Les imponen el velo, no son libres. Y así, un prejuicio tras otro, construyen el día a día de las mujeres musulmanas, señaladas, juzgadas y victimizadas por una sociedad patriarcal, con raíces colonialistas y que en pleno siglo XXI se resiste a observar positivamente la diversidad, también la diversidad religiosa.
La islamofobia es una forma de racismo y xenofobia manifestada a través de la hostilidad, exclusión, rechazo y odio contra las personas musulmanas, según el Consejo de Europa. Y las mujeres ocupan el centro de esta discriminación, especialmente por el uso del pañuelo. Tal y como señala la investigadora Sidrah Ahmad, a través de la islamofobia de género, las mujeres musulmanas son retratadas como “débiles, oprimidas, reprimidas y como víctimas indefensas”. Su manifiesta identidad religiosa, a través del uso del hijab, motiva su discriminación. Por ejemplo, el 35% de las mujeres en busca de empleo menciona la ropa como un motivo de exclusión, y el 39% admite haber recibido gestos ofensivos, según la última encuesta de la Fundamental Rights Agency en la EU MIDIS II. Así, la islamofobia de género es una combinación explosiva de machismo, racismo, misoginia y xenofobia.
“Las personas que desacreditan el uso del hijab piensan que la libertad que defienden es la única posible para las mujeres. ¿Qué dicen esas mismas personas de sus abuelas que no hace tantos años se cubrían la cabeza con el pañuelo? ¿Eran o son mujeres discriminadas?”, señala Carmen Barceló, catedrática de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Valencia. Algo que confirma que hablamos de prejuicios, prejuicios y más prejuicios que visten el desconocimiento, en este caso sobre el Islam y la comunidad musulmana.
¿Viven las personas de diferentes credos la libertad religiosa de la misma manera?
¿Crees que todas las personas viven su religión de la misma manera? ¿Con la misma libertad?
Jovesólides reunió a personas con diferentes credos: ateo, agnóstico, católico, evangelista, musulmán, budista… y esto es lo que pasó.
También puedes ver el programa completo, presentado por Pilar Almenar. El objetivo: reflexionar sobre la temática abordada con las voces de Maite Ibáñez, concejala de Educación, Acción Cultural, Juventud, Cooperación y Migración en el ayuntamiento de València; Mariam Barouni, expresidenta del Centro Islámico de València y Gemma Flors, directora de la Universitat Popular de València.
Desde la asociación realizamos este experimento y el posterior debate en el marco del proyecto ‘La ventanilla indiscreta’, dirigido a estimular la concienciación y fomentar una ciudadanía valenciana activa desde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A través de una serie de diversos experimentos abordamos distintas temáticas y retos sociales pendientes. Este formato nos permite observar, reflexionar y realizar un intento por deconstruir los prejuicios que restan justicia e igualdad a la sociedad que compartimos.
La Ventanilla indiscreta es un proyecto financiado por la Consellería de Transparencia, Responsabilitat Social, Participació i Cooperació. Si quieres seguir todas las noticias y actividades de este programa, sigue la etiqueta #LaVentanillaIndiscreta en los medios sociales.