Las mujeres siempre han tenido un rol muy importante dentro de la actividad agraria. No obstante, su visibilidad, al igual que en otros sectores económicos, ha sido imperceptible. Las mujeres solo ocupan el 4% de los cargos de responsabilidad en el mundo rural, según datos del III Foro Nacional Mujeres Agroprofesionales, celebrado en 2019. Para alcanzar esa igualdad, es necesario que las mujeres ocupen más cargos en los consejos y órganos de gobierno de las empresas y las cooperativas.
La importancia socioeconómica del sector agroalimentario es incuestionable. Hemos podido comprobarlo en los últimos meses, protagonizados por la crisis sanitaria. Es, además, un sector esencial para dar respuesta a problemas sociales como la alimentación, el consumo responsable del agua, el cambio climático… Pero, para ello es imprescindible contar con las mujeres. “Las mujeres somos necesarias y además contribuimos de igual forma que los hombres a la sostenibilidad en sus tres vertientes: económica, medioambiental y social”, señaló recientemente Jerónima Bonafé, presidenta de la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agro- alimentarias de España (AMCAE).
Desde esta asociación destacan que en la actualidad solo hay un 7% de mujeres en los consejos rectores de cooperativas, el sector sigue caracterizándose por ser un mundo de hombres.
La raíz de la desigualdad y cómo revertir la brecha de género
La invisibilidad de las mujeres dentro del sector agroalimentario, como en el resto de sectores, se debe primero a que somos una sociedad patriarcal. Y en segundo lugar, la visibilidad de la mujer en el ámbito laboral es más reciente.
La escasa presencia de las mujeres en el mercado laboral del medio rural se asienta en una construcción sociocultural, el género, y las diferencias que éste esconde en cuanto a actividades que han de realizarse si eres hombre o mujer.
Los roles de género y la división sexual del trabajo condicionan la vida de las mujeres, obstaculizando su plena participación laboral, su promoción profesional y el acceso a las posiciones de poder.
El emprendimiento como herramienta para impulsar la presencia de las mujeres
En cualquier ámbito, también en el sector agroalimentario, las mujeres emprendedoras, las que quieren poner en marcha sus propios proyectos lo tienen difícil: les faltan referentes, no disfrutan de la confianza del entorno como sus colegas y en las redes de apoyo social o económico existen sesgos que las discriminan.
Por ello, el nacimiento de proyectos o iniciativas que fomenten el emprendimiento de las mujeres dentro del ámbito rural y el sector agroalimentario son esenciales. Por ejemplo, en un intento de superar estos obstáculos que limitan el desarrollo empresarial de las mujeres, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó el Modelo de Intervención para el Desarrollo Emprendedor de las Mujeres. El objetivo principal de este proyecto: empoderar económicamente a las mujeres y el crecimiento de sus empresas.
En una línea similar nace el proyecto InnovAgroWoMed cuyo objetivo es estimular la participación de las mujeres en el mercado laboral y el espíritu empresarial, aprovechando el potencial del sector agroalimentario y mostrando un significativo potencial sin explotar para la innovación y el crecimiento. En este proyecto participan cinco entidades sociales de cuatro países: Universidad de Roma, Tor Vergata, y el Centro de Estudios Europeo Cesie, ambos de Italia; la asociación de Mujeres empresarias Palestinas, Asala, de Palestina, Centro de Mujeres Árabes para Capacitación e Investigación (CAWTAR), de Túnez que lidera el proyecto y Jovesólides España.
Este proyecto de tres años, financiado al 87% por la Unión Europea, a través del programa ENI CBC Med por un monto global de EUR 2,8 millones de euros proporcionará a las mujeres emprendedoras y empleadas del sector agroalimentario apoyo y herramientas: optimización de habilidades y conocimientos; apoyo técnico y financiero para fortalecer sus capacidades y ayudarlas a recuperar mejor su lugar y avanzar en sus carreras y proyectos; y el programa prestará una especial atención a las mujeres más afectadas por la pandemia.
El proyecto InnovAgroWoMed, basado en el paradigma de Innovación Social Rural (RSI) para aumentar la empleabilidad de las mujeres en las zonas rurales, o el Modelo de Intervención para el Desarrollo Emprendedor de las Mujeres, de la OIT, representan una solución efectiva a los desafíos actuales. Porque el empoderamiento económico y empresarial de las mujeres son una pieza clave para lograr la equidad de género y construir sociedades modernas, prósperas e inclusivas.