El pasado 8 de marzo las mujeres de todo el mundo llenaron las calles para manifestarse a voz en grito por la igualdad de derechos. Y la iniciativa internacional de realizar una huelga feminista tenía por objeto mostrar la gran cantidad de espacios vacíos que dejamos las mujeres cuando paramos. Al fin y al cabo, somos la mitad de la población mundial, y aunque a muchas personas todavía les sorprenda, el tema de la igualdad sigue siendo una cuestión pendiente e injusta. ¿Se extiende esta injusticia al ámbito del emprendimiento social? Tras esta histórica jornada reivindicativa, en la que se exigió poner fin a la desigualdad en todas sus dimensiones: brecha salarial, corresponsabilidad, visibilidad social, violencia de género… nos preguntamos sobre si existe la igualdad en el emprendimiento social a nivel nacional y hablamos sobre el tema con cuatro mujeres, líderes de un emprendimiento social.
Sonia España: “La igualdad no existe ni fuera ni dentro del emprendimiento social”
Una de ellas, Sonia España, fundadora de Veggie Animals, lo tiene claro, 'la igualdad no existe ni fuera ni dentro del emprendimiento social. En un mundo para hombres, algo tan duro como es ser emprendedora seguramente se hace aún más difícil debiendo ser más perseverantes y constantes, y sin dejar de trabajar en nuestro empoderamiento personal'. Un escenario que reconoce la también emprendedora Ana Bella, presidenta de la Fundación Ana Bella, y sobre esto señala que hoy en día 'hay cientos de mujeres que están cambiando el mundo, aunque muchas siguen siendo invisibles porque no actúan en sectores potentes económicamente'.
Conocemos gracias al último informe GEM, que en España la brecha de género en emprendimiento social no disminuye comparándola con la existente en el emprendimiento tradicional, como sí ocurre en otros países europeos en los que es notablemente inferior. Y comprobamos gracias al testimonio de estas mujeres emprendedoras que la desigualdad de género es un freno que en pleno siglo XXI existe, aunque dependiendo de la experiencia, afecte en mayor o menor medida. 'Nosotras no hemos vivido, al menos de forma consciente y manifiesta, la desigualdad en el ámbito de nuestro emprendimiento social, ni siquiera que nuestras oportunidades de emprender fueran menos que otros proyectos de hombres', subraya Naza Hernández, una de las responsables de la Fundación Acavall. Aunque también añade que si desigualdades no, 'quizá sí cierto paternalismo o dudas desde algunas figuras masculinas acerca de nuestra capacidad para la gestión, la dirección y el diseño de estrategias que hicieran este proyecto sostenible'.
“Estamos entre dos mundos, el familiar y laboral, y se espera más de nosotras en ambos”, destaca Daniela Cruz fundadora de Nunna Online
Sobre las barreras cotidianas que supone ser mujer, Daniela Cruz, creadora de Nunna Online manifiesta que la principal desigualdad que ella ha sentido ha sido 'la ausencia del apoyo social en general'. Esta joven emprendedora considera que sí, las mujeres lo tienen más complicado. 'Estamos entre dos mundos, entre el familiar y el laboral, se espera mucho de nosotras en ambos, y ésta es una expectativa difícil de cumplir. En el caso del hombre las expectativas sobre él están más ligadas al entorno laboral'.
Y no es solo una sensación de Daniela, a través del estudio ‘Mujeres con impacto’, realizado por ESADE, confirmamos que como ocurre en otros sectores profesionales, uno de los obstáculos para que las mujeres emprendan son “las responsabilidades familiares y el trabajo relacionado con el cuidado”, desempeñado, la gran mayoría por mujeres.
Los estereotipos pesan, comparte Cruz. 'Siempre se ha dicho sobre la mujer que su función está en el hogar y en la familia, y se nos ha negado el empoderamiento natural e intrínseco. Muchas mujeres llevan esto muy arraigado y les cuesta dar el paso hacia lo que naturalmente les corresponde, la libertad de hacer lo que deseen y llegar tan lejos como quieran'. Al hablar de limitaciones de género, Ana Bella destaca que a las mujeres, en general, les cuesta soñar a lo grande. 'Hemos crecido con unos mandatos sociales patriarcales que impiden que desarrollemos todo nuestro potencial como seres humanos'.
Naza Hernández: 'Las mujeres pueden emprender y llegar a donde se propongan”
Y aunque es una visión compartida, Naza Hernández hace brillar la fuerza que acompaña a las mujeres a través de sus palabras. 'Las mujeres pueden emprender y llegar a donde se propongan. Claro que hay factores contextuales que harán de piedra en el camino, pero igual que existen piedras, existen ramas donde agarrarse, donde apoyarse, donde sentarse a descansar. Me niego a pensar que no se puede hacer nada, que son demasiadas las dificultades, que el mundo no está hecho todavía para que las mujeres podamos emprender. Quizá se trata de encontrar los pequeños espacios de cambio y desde ahí, empezar a construir'.
Anna Bella: 'Las mujeres emprendedoras puede actuar de espejo para otras mujeres y generar un efecto multiplicador'.
Tras conversar con estas mujeres, líderes de experiencias de emprendimiento social con éxito, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la respuesta a la pregunta inicial es negativa. No, no existe la igualdad en el ámbito del emprendimiento social, así como ocurre en cualquier otro ámbito profesional. Es una realidad que no solo avalan las trayectorias de estas cuatro mujeres, también las cifras de estudios recientes. Solo una de cada cuatro emprendedoras sociales consigue financiar su proyecto, según señala uno de los últimos estudios realizados por el Instituto de Innovación Social de ESADE.
No obstante, a pesar de este panorama de desigualdad, en España hay más de 650.000 mujeres emprendedoras y siguen creciendo en número cada año. La última pregunta que les hacemos a las cuatro emprendedoras es casi obligatoria, ¿ qué medidas son necesarias para que las dificultades disminuyan y la igualdad sea una realidad? Naza Hernández, de la Fundación Acavall apuesta por la formación. 'Si las mujeres nos creemos que podemos crear y dirigir, la formación nos va ayudar muchísimo a gestionar los talentos y aprovechar con visión las oportunidades'.
Para Daniela Cruz, de Nunna Online la educación es la clave. 'Es esencial enseñar desde la infancia la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños. Porque la desigualdad se aprende'. Algo en lo que coincide también Sonia España, de Veggie Animals, 'tenemos muy grabada la cultura del machismo, incluso las mujeres la tenemos tan integrada que sin darnos cuenta forma parte de nuestro día a día. Por ello, creo firmemente, que es en los más pequeños, sin prejuicios adquiridos, en quienes se ha de trabajar el verdadero significado de la palabra igualdad y lo que su compromiso conlleva'.
Y nos quedamos también con el último apunte de la presidenta de la Fundación Ana Bella, que nos habla de la necesidad de visibilizar los ejemplos positivos de mujeres empoderadas y emprendedoras sociales. 'Porque pueden actuar de espejo para otras mujeres y generar un efecto multiplicador'.
Sin duda, todavía queda mucho por hacer para que el acceso y desarrollo profesional de las mujeres sea en igualdad de oportunidades a los hombres, a nivel general y también en el ámbito del emprendimiento social. Pero se dice que éste será el siglo de las mujeres... Nos hallamos en camino de conseguirlo. ¡La batalla continúa!