Alba, una joven entusiasta y emprendedora nos relata su llegada a Jordania donde desarrollará un servicio de voluntariado. Tiene todo un reto ante sí que enfrenta con mucha energía. Lleva dos meses en un proyecto que desde ya le está apasionando. Aquí nos relata su experiencia.
Debería hablar de las dificultades que tuve para aterrizar el día y la hora en Amán que mi ticket de avión confirmaba. De cómo, junto a medio centenar de pasajeros árabes (y algún europeo perdido) pasamos la noche en el aeropuerto de Estambul. De cómo, después de unos largos meses de búsqueda del perfecto EVS, había encontrado el mío pero seguía imaginándome como sería. Así pues, luego de un día de viaje llegué a Jordania con toda la energía y dudas del mundo.
Junto conmigo, somos más de veintiún voluntarios de diferentes países de Europa trabajando con el West and East center en Jordania. Realizamos diferentes actividades sociales, dependiendo de tus habilidades y en relación con tus intereses vamos adaptando los horarios mensualmente. Hay compañeras que llegaron ya hace seis meses y casi están marchando, pero otros cuantos acabamos de llegar. Así pues, los “old volunteers” enseñan a los “new volunteers” como funciona el transporte público, donde comprar a mejor precio, consejos sobre el contexto social y las tradiciones del país y un largo etc. La organización jordana We Center se dedica a trabajar con jóvenes jordanos y europeos, y pretende establecer un diálogo intercultural permanente entre ellos. Los voluntarios europeos trabajamos en varios lugares: en la ciudad industrial de Sahab, en los campos de refugiados palestinos de Gaza y Suf en Jerash, y en un edificio donde viven varias familias refugiadas de la guerra Siria.
Tras pasar la barrera de los dos meses he comenzado a visualizar mi EVS, he encontrado mi sitio en la organización y aquello que puedo aportar durante mi estancia en el país. Dos días a la semana tengo una clase de aproximadamente 15 niños y niñas sirias donde aprendemos las normas básicas del inglés mientras hacemos algunas manualidades. Normalmente, hago clases de fitness en el centro de mujeres en el campo de refugiados de Gaza o de Suf dos veces a la semana. He empezado Zumba con ellas, algo que llevaban pidiendo desde hacía mucho tiempo. Por último, se reserva un día a la semana para hacer trabajo más propio de oficina, como por ejemplo escribir nuevos proyectos, artículos como éste o trabajar en nuestro proyecto personal. De momento, junto con 3 voluntarias más estamos organizando un ciclo de debates sobre diversas temáticas relacionadas con la mujer en la región MENA: estrenamos el 28 de Mayo!