Isabel Olivert es una de las tres participantes españolas en el proyecto europeo Florà. Un programa formativo gratuito, de nueve meses de duración, y dirigido a descubrir el emprendimiento social a mujeres artesanas de Europa. Olivert, dedicada a la cerámica y con un especial proyecto en mente, nos cuenta su experiencia.
¿Por que tuviste interés en participar en esta formación?
Mi interés en este proyecto de formación surgió desde el momento en recibí el enlace con la convocatoria a través de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR): Pensé que era lo que necesitaba en este momento, en el que he decidido poner en marcha mi proyecto personal de vida como mujer artesana y emprendedora.\n\n¿Qué te parece la metodología empleada?
Me parece muy adecuada, también los contenidos lo son, sobre todo los del primer encuentro en Valencia. Los contenidos abordados por Jovesolides me parecieron muy prácticos e interesantes porque estimularon mucho mi motivación a la hora de enfocar problemas y encontrar soluciones.
¿Cómo llegas al mundo de la artesanía? ¿Cuál es tu aspiración principal?
En el 2014 decidí dedicarme más de lleno a lo que he dedicado toda una vida de aprendizaje: la cerámica. Empecé a elaborar piezas artesanales con referencias locales típicas.
Calculo que en un periodo de tres a cinco años habré evolucionado hacia mis objetivos, que también incluyen de manera integral la vida en el campo, la actividad agrícola y la realización de talleres y actividades. La artesanía como una experiencia que incluirá hospedaje en el medio rural, la artesanía por supuesto, y la naturaleza.
¿Cómo observas tú el escenario actual del emprendimiento social?
El emprendimiento social en la actualidad es más visible, más activo. Solo he de ver a las mujeres de la generación de mi madre para ver que en ese terreno hemos evolucionado, ahora las mujeres somos más libres e independientes. La generación de nuestras madres, sin ir más lejos, no podía acceder a proyectos europeos, y menos en España obviamente.
Desde Jovesolides trabajamos para informar y visibilizar el emprendimiento social. ¿Crees que existe alguna manera para motivar más a las personas a implicarse en este ámbito?
Creo que la manera de implicar a la gente en el emprendimiento social se hace desde la calle, el barrio, a través del vecino, la comunidad a la que perteneces… en definitiva, desde lo más próximo a ti, a lo que te rodea, observándolo como algo que hay que mantener, transformar y mejorar entre todos. Siempre en equipo, de manera solidaria, constante y en base a unos intereses de bien común.
¿Qué es lo que más destacas de la experiencia de participar en Florà?
Destaco mi agradecimiento a quienes lo están haciendo posible, valoro mucho el trabajo que se está realizando para estructurarlo y organizarlo. Y me parece fantástico poder compartirlo con mujeres con objetivos comunes aunque diferentes, y además en nuestros países de origen.
¿Crees que a nivel personal, profesional, vas a utilizar lo que has aprendido en la formación? ¿Cómo, de qué manera?
Puesto que he iniciado mi proyecto en solitario, y creo que esto es una gran desventaja, necesito toda la motivación, herramientas, y acompañamiento que Florà me ofrece. Por supuesto, me está sirviendo a nivel personal y profesional, es a todos los niveles un camino de aprendizaje y crecimiento personal.