Una chica simpática, activa y con grandes ansias por aprender y descubrir... Aquí os presentamos a Catalina, una joven que hace un año contactó con JOVESOLIDES por su interés en tener una experiencia diferente. Y encontró esa oportunidad única en Jordania, donde viajó a participar en un proyecto de Servicio Voluntario Europeo. Desde Jovesolides estamos encantados/as de leer y compartir un testimonio tan especial.
Esta aventura comenzó hace 10 meses cuando dejé Valencia atrás y me embarqué en un avión directo a Amán, Jordania. Iba a ser la primera vez en mi vida viviendo lejos de mi zona de confort, incluyendo familia, amigas, amigos y el entretenimiento al que estaba acostumbrada.
Sabía que me dirigía a un país árabe, con una cultura musulmana y que debía prepararme para uno de los procesos de adaptación más potentes en mi existencia como Catalina irreverente, provocadora, atea y feminista. ¡Si señora! todo un reto que yo misma me propuse.
Enamorada del proyecto, por el que venía a trabajar como voluntaria, comencé a caminar firme y curiosa por estas tierras lejanas, mi labor, en un principio, consiste en enseñar inglés básico a niñas y niños entre 6 y 12 años habitantes del campamento de refugio Palestino en Jerash. Uno de los más antiguos erguido hace casi 60 años, cuando empezó la guerra de ocupación israelí, este campo, como todos los construidos en Jordania, funciona como hogar, lugar de trabajo y me atrevo a decir, como país, para cientos de familias víctimas de la guerra.
Niñas y niños correteando, gritando, estirándome de la ropa y hablándome si poder entender lo que decían, pero llenas y llenos de sonrisas que pedían diversión, creatividad y juego. Me puse manos a la obra ¿qué puedo hacer? ¿Cómo podemos aprender algo juntos sin que sea aburrido? Mi compañera y yo empezamos a crear nuestras propias clases de inglés, lápices de colores, pegamento, marcadores, dibujos, juegos y canciones, pocos recursos materiales nos arrastraron a utilizar la imaginación para crear mundos didácticos y pedagógicos. Con el tiempo nos dimos cuenta que el inglés era la excusa perfecta para conectar mundos diversos, sin importar el origen, la edad, la lengua e incluso la religión.
El recorrido en bus desde Amán hasta el campo es alrededor de una hora, hora en la cual disfrutamos de la maravillosa vista llena de montañas, valles, familias de beduinos con sus animales y grandes tiendas de campaña de la UNRWA donde viven también familias enteras de exiliados que por falta de espacio en los campamentos encuentran su hogar entre cuatro paredes de plástico y poco almidón.
A medida que nos iban conociendo en el campo, más que extranjeras, empezamos a hacer parte de ese grupo ilimitado de personas con acceso al campo, por ser las “teachers”. Un punto de inflexión en nuestra aventura comenzó cuando las familias nos invitaron a comer a sus casas después de las clases y a compartir con nosotras sus costumbres y deliciosas piezas culinarias (Mansaf, blugilla, fatush, humus…). Sentadas en el suelo sobre colchonetas, un mantel de plástico, las sonrisas de agrado y satisfacción acortaban para siempre ese falso hilo de prejuicios que la ignorancia nos inculca desde la cultura de la que venimos y los medios de comunicación, podíamos decir sin duda que nos sentíamos como en casa.
De un momento para otro las clases con los niños y las niñas acabaron, pero comencé a asistir a fitness con mujeres en un pequeño gimnasio en el campo, ¡Si señores y señoras! Ahora era profesora de deporte. La idea principal era sudar, mover el esqueleto y disfrutar del efecto que producía la dopamina en una hora de clase.
Otra experiencia sin igual, nuestra presencia en el GYM nos abrió las puertas a una confianza única de las mujeres hacia nosotras, al mostrarse sin velo, sin nikab, y vistiendo sus ropas más cómodas.
Pasados unos meses me llegó el turno de trabajar en uno de los sitios más especiales que jamás he conocido; el Orfanato de Sahab, un edificio, casi, en medio de la nada, podría decir que es como un extraño vecindario donde la casa más cercana está a quince minutos caminando, rodeado de grandes autovías.
Sahab se encuentra al suroeste de Amán y es bien conocida como la ciudad industrial. El edificio fue construido para albergar un número de familias que huían de la guerra en Siria cuando la misma estalló en 2011, la característica principal de este orfanato es que las familias que viven allí son madre e hijos, porque sus maridos y hermanos murieron en la guerra.
Con los más pequeños del lugar implementamos nuevas clases de inglés, dinámicas y divertidas actividades en una habitación pequeña, alfombrada con mucha luz natural convertimos los muros en una inmensa pizarra de dibujos y letras todas relacionadas con nuestras clases de inglés ¿cómo explicaros que ese tierno espacio se ha convertido en las horas más inolvidables y personales del Voluntariado Europeo? Las miradas y compañía, las ganas de aprender, la energía convertida en canciones y juegos que cada dos días unen sin querer nuestros corazones en uno solo latiendo a la par, no tienen precio.
En la misma zona (Sahab) también tenemos clases de inglés en un centro cultural. Desde el principio y hasta ahora me he ocupado de estar con los más jóvenes, en este centro comenzamos a utilizar materiales reciclables como pilar básico de aprendizaje. Los rollos de papel higiénico, las botellas de plástico, cartón, lápices de colores, pegamentos y tijeras se convirtieron en nuestros aliados, no hay día en que los pequeños no vuelvan a casa con una creación nueva.
Hoy 28 de enero veo mi retorno a casa cada vez más cerca, a principios de marzo vuela mi avión, y con el corazón dividido, con una sonrisa y muchas lágrimas tendrá que decir “bye bye”. He de agradecer de todo corazón a Jovesolides, We Center y al programa de Voluntariado Europeo por brindarme esta maravillosa experiencia, que me está haciendo crecer como humana y como profesional.
Felicidad es la única palabra que me viene a la mente para resumirlo todo…
Ma salame, shukran ktir Ana mniha (Hasta luego, gracias soy muy feliz), Catalina
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Si estas interesado/a en el Servicio Voluntario Europeo, te informamos desde evs@jovesolides.org