Hoy os compartimos la experiencia de Denica Yotova, una voluntaria europea que apoya desde hace 7 meses, diversidad de inciativas sociales emprendidas por Jovesolides. Denica, llegada desde Bulgaria, se ha volcado en cada uno de los proyectos donde ha participando, aportando desde su experiencia en la mejora de los programas. Queremos agradecer su dedicación, capacidad de mejora y sus ganas siempre de hacer las cosas mejor.
En el momento de escribir este testimonio, me dí cuenta una vez más que soy una persona muy afortunada! He disfrutado muchas oportunidades de educación, formación, viajes, experiencias interculturales y llegue a la conclusión de que me gustaría hacer algo por los demás y devolver un poco de lo que me habían dado en mi vida. Cuando encontré la oportunidad de hacer un SVE en Jovesolides, esto fue la respuesta de mi búsqueda en ese momento de mi camino. Y aquí estoy ahora - en la mitad del proyecto, escribiendo un testimonio.
Desde Jovesolides me dieron la oportunidad de participar en varios talleres, eventos y proyectos sobre emprendimiento e innovación social de Red CreActiva, e-inclusión en Mayores Movilizados, empoderamiento e inclusión social de grupos marginados e inmigrantes en el Telecentro de La Coma y a través de Empodera-T. Mi aportación en Jovesolides claro que incluye las tareas que he hecho en la oficina y en los varios proyectos en los que he participado, pero como dice mi tutora Boutaina, además de la “frescura, capacidad de adaptación y apoyo”, mi impacto verdadero es “sobre todo ayudar que jóvenes de La Coma vuelvan a creer en sí mismos e incluso se apunten a voluntariado en la entidad”. Estoy agradecida que podía inspirar a alguien y animarle empezar un cambio en su vida.
Durante estos 6 meses he podido desarrollar mis habilidades de creatividad, comunicación, nivel del castellano y aprendizaje intercultural. Pero lo que me ha enriquecido más es lo que he aprendido más allá del proyecto en sí. El aprendizaje puro y precioso sucedió el martes por la noche conversando en el balcón con mis compañeros del piso de Bosnia, Hungría y Jordania, en la calle mirando la quema de las Fallas, viajando con la profesora de castellano, perdiéndome en la ciudad, hablando con la gente en el metro o simplemente tomando el sol de España. Mis percepciones sobre mi misma, las relaciones entre la gente y el orden de mis prioridades en la vida se pusieron del revés y esto me parece que es un regalo inestimable del voluntariado.
A decir verdad este SVE no es como había esperado ni cómo podía imaginar. Desde el primer día cuando llegué me dí cuenta de que tenía dos opciones: seguir haciendo las cosas a mi manera, sufrir y quejarme de que las cosas no vayan como quiero o salir de mi zona de confort y dejarme llevar, cambiar, transformarme y crecer. No fue nada fácil elegir la segunda, pero lo fácil no te sirve para nada. Mirando hacia atrás, no me arrepiento de mi elección. Desde los primeros sorbos de horchata hasta los últimos bocados de paella estoy probando, experimentando y viviendo la vida española.
¿Qué puedo esperar del futuro cuando mi voluntariado se acabe? No lo sé, pero por supuesto ahora no soy la misma persona que había llegado en octubre de 2014.
A todos los jóvenes que buscan algún reto en su vida, me gustaría alentarlos que consideren la oportunidad de hacer un SVE.
Moltes gràcies, Jovesolides!
Más testimonios puedes encontrar aquí. Si estas interesado/a en Servicio Voluntariado Europeo, te informamos desde evs@jovesolides.org.