Migrar por tener una nueva oportunidad de vida, prosperar profesionalmente, por negocios, una aventura, por amor, para aprender nuevos idiomas… Los motivos de las migraciones son muchos y variados, aunque la mayoría ofrece un denominador común: las personas migrantes son el eslabón más débil, sujetas siempre a las cambiantes condiciones del contexto social –nacional e internacional-, y en el que la solidaridad es fundamental. Lo saben bien en España, país tradicionalmente emigrante a Europa, Latinoamérica, o Estados Unidos.
Un informe del IE Business School y Ria Money Transfer España concluye que España es el mejor país para las personas inmigrantes, tanto por el número de proyectos como por su rendimiento. Quizá esta variable se explica porque su perfil es de elevada formación y porque dedican sus ahorros al emprendimiento.
Este informe también apunta que las personas inmigrantes emprenden más que las españolas en tiempos de crisis y permiten así, revitalizar el comercio tradicional y de proximidad. Otro dato a destacar es que las mujeres inmigrantes emprendedoras son menos en cantidad, no obstante, sus proyectos tienen más éxito.
Martín Habiague es un sociólogo argentino, nieto de asturianos y vascos emigrantes. Afincado en Barcelona desde hace más de una década, se lanzó a emprender y abrió Mescladís, un espacio que es más que un restaurante. En este trabajan y se forman personas inmigrantes y también se cocina para personas en riesgo de exclusión social. Un crisol intercultural en el que se cuece un contagioso emprendimiento social.
El creador de Destinia.com, Amuda Goueli, nació en Nubia, región situada al sur de Egipto y al norte de Sudán. Antes de afincarse en España con el cambio de siglo y fundar esta plataforma de viajes, convertida en referencia internacional, recorrió diversos países. Goueli es miembro de la ONG Plan International España y un experto analista de la Organización Mundial de Turismo. Todo un ejemplo de emprendimiento solidario.
Más ejemplos de emprendimiento impulsado por personas inmigrantes
Ana Escandell fundó en 2011 la empresa social A puntadas, cuyas trabajadoras son mujeres en riesgo de exclusión social. Después de recorrer el mundo durante dos décadas, convivió con los Masai en África para facilitar su propia integración y conocer su cultura antes de colaborar con la tribu en proyectos solidarios y empresariales.
La tribu Masai también protagoniza la colección solidaria de Pikolinos, en la que las mujeres africanas bordan a mano la decoración de las sandalias y complementos. Esta colaboración es el resultado de las vivencias de Juan Perán, murciano emigrado a Elche y fundador de la firma.
Otros casos destacables son: el de Pepín Fernández, emigrante español en La Habana, donde trabajó como chico para todo antes de regresar a España y fundar Galerías Preciados durante la primera mitad del XX; el del argentino Martin Varsavasky, que estudió en Estados Unidos antes de trasladarse a España para fundar Jazztel o Ya.com entre otros proyectos; el de Zaryn Dentzel, americano, que estuvo un año de intercambio estudiantil en Badajoz; regresó a su país antes de volver a España para crear Tuenti junto a dos socios. Y reseñable es también la proyección de la diseñadora y emprendedora india Kavita Parmar, que trabajó para varias firmas y en diversos países antes de establecerse en Madrid y crear su propia línea de ropa –Raasta– además de IOU Project.
La cifra de personas que emprenden en España ha crecido en el último año según el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2018-19. Los datos más significativos en este contexto es que se dieron de alta como autónomos más personas nacidas fuera de nuestras fronteras en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, lo que supone un 10% de emprendedores en el país.