Desde Jovesólides entrevistamos a Elisa Cataluña, una agricultura valenciana de éxito. Esta emprendedora apenas mantenía contacto con el campo cuando su padre cayó enfermo. Siendo hija única, a la hora de plantearse qué hacer con las fincas agrícolas de la familia, pensó: “Renovarse o morir” y optó por renovarse y lanzarse “al vacío”. Con el asesoramiento de los servicios técnicos de AVA-ASAJA, Elisa se acogió a las ayudas de primera instalación y emprendió una transformación radical de su explotación de 200 hanegadas entre Sollana y Montserrat: reconvirtió con riego a goteo, replantó o injertó un total de 7.000 árboles. Árboles que para la agricultora son “7.000 hijitos que quieren comer y comportan gastos”.
¿Quién es Elisa Cataluña? Coméntanos brevemente también tu trayectoria hasta la actualidad.
Nací en Valencia, rodeada de una familia de agricultores. Mis abuelos maternos se dedicaban a la agricultura y los paternos lo hacían compaginándolo con otros trabajos. Desde muy pequeña ya iba al campo con mi padre y mi abuelo, y mientras ellos trabajaban, yo me entretenía con lo que fuera por allí, tengo muy buenos recuerdos.
Con el paso de los años, cuando empecé la adolescencia, acompañaba a mi padre al campo los fines de semana, aunque no era algo que me gustase en exceso, lo hacía más como una obligación. Entonces no sabía que lo que era algo forzado en esa época, acabaría convirtiéndose en mi pasión y en mi dedicación.
Años después, llegó un momento de mi vida en que me di cuenta de que el campo era un regalo. Tenía la posibilidad de crear: alimentos, ecosistema, naturaleza... Estaba en mi mano, y además era un sustento de vida.
¿Quién soy? Me considero una mujer muy capaz de resolver cualquier obstáculo, con perseverancia y con acciones positivas, encaminadas a conseguir mis metas y sobre todo dispuesta a mejorar la realidad actual de la mujer en el campo y las zonas rurales.
¿Qué área/ cultivos trabajas fundamentalmente?
Me especialicé en los cítricos siguiendo la tradición familiar y aprovechando el clima de la zona. También cultivo arroz en la Albufera de Valencia.
Considero que hay una gran variedad de cultivos, unos más extendidos que otros y sería muy interesante el estudio de cada zona para poder adaptar cultivos emergentes a nuestro clima. Innovar es la clave.
¿Has tenido obstáculos para llegar donde estás? ¿Lo has tenido más difícil por ser mujer en un sector habitualmente masculinizado?
Siempre hay trabas, porque no se nos valora y a veces se ve mal que triunfemos. Son cosas que debemos cambiar desde la educación, formación y sobre todo
obteniendo resultados visibles. Tienes que mostrar tu personalidad y jugar con muchos factores para poder hacerte un sitio en el campo español. Las mujeres somos imparables y hemos venido para quedarnos.
¿Eres consciente de la desigualdad de género dentro del sector agroalimentario?
Soy muy consciente y eso es algo que quiero cambiar, el poder ayudar desde mi experiencia a todas esas mujeres que empiezan o incluso esas que no se atreven a dar el paso por desconocimiento, falta de información o ayuda. Por ello, es genial el nuevo proyecto InnovAgroWomed que emprendeis para el empoderamiento de la mujer en el sector.
¿Qué le dirías a una mujer que desea dedicarse al campo, sea cual sea su puesto?
Lo primero es tener metas y proyectos en la vida y trabajar para conseguirlos. Es algo que debería tener toda mujer porque el camino hasta alcanzarlos es lo que nos hace llenarnos de fuerza y demostrar que podemos. El día a día trabajando por ello nos refuerza, es la dosis para pasar al siguiente escalón que te lleva hasta el cielo desde el que puedes ver que lo has conseguido, y si es con ayuda, muchísimo mejor, el camino se hace más llevadero y agradable. Esa sensación de que tú puedes, es el motor de tu vida. Y lo segundo, si es en el campo, es una gran oportunidad , porque el campo es algo único, un regalo que nos dan y tener la posibilidad de dedicarse a él hace que entremos dentro de esa cadena alimentaria, la base de la vida.
Con el proyecto InnovAgroWomed trabajamos para favorecer la igualdad y el espíritu empresarial de las mujeres en la cuenca euromediterránea. ¿Qué cambiarías o mejorarías del sector?
Mi estrecha relación con el mundo rural y el sector agrícola hacen despertar en mí una necesidad de cambio de dos realidades principalmente. Por una parte, cambiar la falta de interés de las nuevas generaciones en el sector agrícola, con el consecuente abandono de tierras, con un impacto medioambiental muy severo y el empobrecimiento de las zonas rurales. Y por otra parte, la necesidad de profesionalizar el sector, a todos los niveles, tanto práctico (trabajo físico), como teórico (trabajo de gestión, administración, contable...). Es por lo que me pongo en marcha con un nuevo proyecto, respaldada por otro gran profesional y emprendemos gestión de campos. La formación es esencial, y hay que incidir en ella para crear profesionales. A través de la formación se genera una estabilidad y un asentamiento hacia un futuro profesional. Se trata de crear profesionales en el sector agrícola, de referencia nacional e internacional.
En el proyecto InnovAgroWomed participan cinco entidades sociales de cuatro países: Universidad de Roma, Tor Vergata, y el Centro de Estudios Europeo Cesie, ambos de Italia; la asociación de Mujeres empresarias Palestinas, Asala, de Palestina, Centro de Mujeres Árabes para Capacitación e Investigación (CAWTAR), de Túnez y Jovesólides España.
InnovAgroWoMed es un proyecto de tres años, financiado por la Unión Europea, a través del programa ENI CBC Med.